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Escribí este artículo allá por mayo del covidiano 2020 y se ve que por olvido quedó atrapado entre los borradores de este blog. Ahora lo he releído y me parece que salvado unos cuantos cambios de presidentes de países y la aparición de una guerra sin sentido al menos para mí sigue siendo un texto muy actual así que ahora lo rescato.
Al acostarme ayer (mayo 2020), como muchos días, tuve un momento de reflexión, lástima que no existan grabadoras de pensamientos. Pero intentaré recomponer todo lo posible mi reflexión en horizontal.
Ayer mis pensamientos se alejaron por un momento de la covid-19 y se centraron mas en la situación actual española y mundial, en el ruido político, en las causas de mis temores y los de millones de personas.
Observo al mundo con asombro, no me gusta lo que veo, lo que percibo y empiezo a darle vueltas a mis pensamientos, una primera conclusión: enfrentamiento abierto entre lo liberal y lo social, dos mundos diferentes y en el centro la ciudadanía apenas sin comprenderlo, pero sufriendo las consecuencias. Siempre he creído que lo peor que le ocurrió al mundo fue la desaparición del Unión Soviética, pero no por temas ideológicos, sino por temas relativos al equilibrio (ahora desequilibrio) de poder.
Antaño vivíamos soliviantados, algo incómodos por la guerra fría, por la amenaza de la fea guerra nuclear. Pero a su vez esa situación equilibraba el mundo social y el liberal (aunque siempre el liberal fue por delante), ninguno prevalecía en términos absolutos o demasiado destacable, y eso se traducía en que los mas desfavorecidos tenían una aparente, o al menos percepción, de protección. Pero como en todos los enfrentamientos al final uno de los contendientes termina venciendo, el mas dotado en este caso el que mas medios tiene, el económicamente fuerte termina con la disputa utilizando todo su potencial.
Hizo falta un ente mundial de gran calado para iniciar la operación de derribo: La iglesia católica (es mi opinión). Cuando hubo que sustituir a Pablo VI ocurrieron cosas extrañas: Se nombra a un papa cuyo mandato dura 33 días, muere en dudosas circunstancias, fue el último de una larga sucesión ininterrumpida de pontífices italianos. Al final tomó el mando Karol Józef Wojtyła al que bautizaron como Juan Pablo II. Era de Polonia justo desde donde se inicia la maniobra de derribo de todo el bloque antagónico que mas o menos mantuvo a raya al bloque liberal, al bloque capitalista. Aparece en escena un sindicato, Solidaridad y un líder Lech Walesa, y de la noche a la mañana el mundo comunista se viene abajo.
A partir de ahí todo lo relativo con el mundo de la reivindicación de la izquierda, sindicatos, partidos comunistas, entidades progresistas en general comienzan su declive, son muy cuestionados incluso por muchos miembros de esas masas de desfavorecidos, desprotegidos y vulnerables, se pierde mucho en credibilidad, muchos partidos social-demócratas recelaban (en mi opinión tiraban piedras a su propio tejado) en esto ayudaron también "insignes" liberales como Thacher y Reagan, grandes reconversiones industriales, cierres de astilleros, siderurgias, desaparición de industria mineras, etc.
Año, tras año, lo liberal, lo individual, lo privado crece frente a lo social, lo colectivo, lo público. Tenemos una Europa que apenas se mantiene unida por una Unión Europea que no es de los ciudadanos, es mas bien de las empresas, de lo económico, del mundo financiero, que no es solidaria y que poco a poco se encamina a su desintegración.
Tenemos unos Estados Unidos gobernado por alguien de dudosa cordura que provoca mas miedo que la propia guerra fría, con un discurso que no puede ser contestado por nadie que no se juegue algo, los medios de comunicación, jueces, personajes importantes de las organismos de seguridad, todos corren riesgos si se apartan de o contradicen su discurso y para colmo disponen de una sucursal en Europa, el Reino Unido, con un dirigente muy similar y que da la sensación de ser un "majara", siempre a su servicio para lo que haga falta, en este caso para minar Europa como bloque estratégico.
Pero ¿y China?, la China de Mao se ha convertido en un engendro capitalista-comunista-imperialista un poco infumable, a quien todos temen y con quien todos se parten el alma por adular para ser recompensados; todo se fabrica en China, todos le deben dinero a China, todas las empresas se quieren instalar en China, ¿dónde queda entonces el comunismo, la crítica al capitalismo, el imaginario social, la lucha de clases y la igualdad socioeconómica?, ¿para cuándo la libertad de expresión y el resto de libertades?, la respuestas es fácil, China es dudosamente comunista, no muy popular, y no va a transigir para convertirse en una democracia, quizás tema que le ocurra como a Rusia.
Rusia, nos quedamos esperando eternamente el paso de la dictadura del proletariado, y a cambio un borracho inconsciente transformó el imperio de la noche a la mañana en otro bodrio pseudo-capitalista y de camino preparó a un "digno" sucesor, un tal Putin, que es como una especie de sheriff en la Federación Rusa que mantiene al país dentro de sus parámetros personales, haciendo ricos a 'punta de pala' al igual que pobres a 'mansalva', desigualdad absoluta y nuevos ricos, pero eso si ya lo del comunismo está superado, ahora dice ser demócratas, hasta votan, pero mucho cuidado en criticar al gobierno no sea que haya consecuencias inesperadas y ¡ni se te ocurra ser homosexual!
Menudo panorama, y si a eso le agregamos el auge de la extrema derecha, de los fascismos, la intolerancia, la xenofobia,... Italia, Hungría, Países Bajos, Polonia, Brasil, como para no estar preocupados, sobre todo cuando los políticos y partidos ligados a lo social, los mas progresistas, viven en las nubes, de espaldas a estas realidades como dando a entender ¡bah, no es para tanto! o bien dejándose llevar por lo que entienden es inevitable, eso si en la izquierda se debate mucho, se teoriza mucho, se analiza mucho y todo lo que ellos quieran, pero ellos saben que sus conclusiones ni llegan a la inmensa mayoría de los ciudadanos (que más lo necesitan) y si llegan ¿las entienden?
En el caso de España las cosas están quedando muy claras, la ultra-derecha ha tomado la iniciativa, se moviliza en las calles, en las redes, y donde haga falta, los medios de comunicación que tienen que vender anuncios, publican todo lo que le llega y cuanto mas morbo tenga mejor, saben que la inmensa mayoría de los españoles ve los telediarios y la telebasura primetime buscando, no la información, sino el morbo, a ver el "zasca" de fulano a zutano o a ver que responde mengano a la barbaridad que dijo fulano...
La derechita "cobarde" y la "valiente y patriótica", están preparándose, yo creo que ya están preparadas, para lo que viene, para el descalabro económico, ya templan sus armas mientras el gobierno progresista, ocupado al 100% en la crisis sanitaria, se desgasta cada día mas. Si a todo ello le añadimos la clásica y eterna división de la izquierda los resultados ya casi se intuyen (ciertamente esa realidad puede cambiar en la actualidad, con algunas de las medidas del gobierno de coalición como la subida de las pensiones que pone en un compromiso a la derecha extrema y a la extrema derecha).
Por todo ello sí, estoy preocupado, mas que nunca, mas que con la guerra fría, estoy preocupado porque lo social se está desmontando y se va a desmoronar, dos crisis seguidas en tampoco tiempo ponen la economía en jaque y de ahí es donde se está alimentando el discurso de la ultra-derecha, y lógicamente los ciudadanos de los segmentos mas desfavorecidos van a sufrir las consecuencias económicas y se van a agarrar a un clavo ardiendo, porque no les queda ya donde agarrarse.
Que cuál es la solución, todos en la izquierda y en los partidos progresistas lo saben la unidad de acción, el apoyo y potenciación de los sindicatos, hoy por hoy muy tocados, los portugueses lo están gritando, las comunidades autónomas históricas (salvo Andalucía) están manteniendo a la ultra-derecha en niveles lejanos en comparación con el parlamento nacional.
Creo que es la hora (entramos en año electoral) en que los partidos que abogan por lo social, lo colectivo, lo público, se unan en un bloque que evite la fuga de votos, es hora de unidad y de concentración de esfuerzos, de desplegar coherencia evitando errores que nos ponen en la "picota" como lo de "Galapagar", cualquier desliz de la izquierda cuesta muchos votos, sin embargo la experiencia muestra que los errores de ese tipo a la derecha incluso se les premia, es momento de desplegar estrategias que lleguen a los barrios donde residen los que mas sufren y volver a hacer realidad los cinturones "rojos" de las grandes ciudades.
La ultra-derecha está consiguiendo votos en zonas donde la gente lo pasa mal y eso solo se debe a la desorientación del votante habitual del izquierda que ya no tiene claro a qué partido de esa izquierda votar. Es preciso gestionar ya la apatía del electorado de izquierdas que se va a la abstención con resignación y ¡ojo, quizás vayamos ya tarde!