La monopolización nunca es buena porque quien monopoliza no busca otra cosa que dominar.
La monopolización global por parte del imperio estadounidense desde que cayera la Unión Soviética, con la inestimable ayuda del Vaticano, empezó hace años ya a diluirse.
Otro imperio, la Republica Popular de China, empezó a emerger de forma discreta, sin aspavientos, con tranquilidad, sin agredir ni amenazar.
Nadie prestaba mucha atención a aquel viejo régimen comunistas porque el mundo capitalista (y sus enormes recursos) nos han intentado convencer, y continúan en ello, de que esa ideología está abocada al fracaso.
De lo que no se dieron cuenta es que China estaba usando sus métodos propios y los aprovechables del mundo capitalista para ponerse en marcha de forma planificada y crecer durante tres décadas al 10% convirtiéndose en la segunda economía del mundo (en mi humilde opinión la primera) con las reformas iniciadas por Xiaoping.
Entre esas medidas cabe destacar:
- Apertura económica y zonas especiales: Crearon ciudades piloto con libertad para experimentar políticas económicas y sociales, extendiendo luego las exitosas a nivel nacional
- Industrialización y urbanización: Más de 200 millones de personas migraron del campo a las ciudades, impulsando la productividad industrial.
- Reformas estructurales: Privatizaron empresas estatales, liberalizaron el comercio, y entraron en la OMC.
Un par de datos significativos:
- China posee aproximadamente el 5,7% de la deuda soberana española.
- Y el 3% del total de la deuda pública estadounidense.
A la vista de todo esto, no es difícil de entender como el "sanedrín" del capitalismo, que pone y quita gobiernos, hasta en Estados Unidos, haya optado por colocar a alguien suficientemente atrevido (quizás un loco) para tratar de contener no a China, sino a ese bloque económico mundial que se está reordenando, que llaman los BRICS (otro día hablaremos de él) y en el cual se incluye nada menos que a China, Rusia y Brasil.
Pero claro de esto no se habla ni en la Sexta, ni en Antena 3, ni en Cuatro, ni en Telemadrid,... Aquí nos ocupamos de cosas "más importantes".
Conclusión final: Vuelve lentamente el equilibrio global pero antes habrá que soportar los coletazos del monopolio.