El diálogo y la ultraderecha


En España, tanto en las redes sociales, como en los parlamentos, o en cualquier tertulia, es muy frecuente la discusión acalorada, irrespetuosa, irresponsable, irreflexiva, a veces violenta, no somos gente de consenso de debate sano, parece como si llevaramos incrustado en nuestro ADN la intolerancia.

La democracia se basa en el diálogo, en el convencimiento mediante artes dialécticas al que tiene otra opinión, en la búsqueda en común de lo mejor para los contendientes. No se trata de cultivar la amistad incondicional, no, se trata de discutir sobre pros y contra de las diferentes concepciones de un tema en particular. 

Algo importante a tener en cuentas son las normas democráticas, son esenciales, no se puede discutir absolutamente nada con quienes son contrarios a los principios democráticos, cualquier asunto debería poder ser tratado en democracia por mucho que pueda perjudicarnos, salvo aquellos que son contrarios a los derechos humanos la discusión en estos casos no ha lugar.

La ultra-derecha en España sin embargo  parece no tener claro los conceptos democráticos o simplemente es en sí anti-democrática, por eso se empeña en ganar a costa de lo que sea e implantar de cualquier forma sus posiciones políticas a los demás, para ello acuden, en estos días de preocupación por la pandemia, al lenguaje épico, violento y estridente utilizando malas artes con palabras o conceptos como gobierno ilegítimo, cuando es fruto de un acuerdo entre políticos o partidos que han sido elegidos democráticamente, los inmigrantes nos quitan el trabajo, cuando ellos suelen ocupar puestos de trabajos que nadie quiere, como el cuidado de mayores o de enfermos, España es el país del mundo donde mas ha caído el PIB a consecuencia de la pandemia, cuando ellos saben que es falso, o su frase estrlla con la que tantos votos cosecha: España se rompe. Ejemplos como estos no faltan, debates bajo este tipo de afirmaciones son imposibles y tienen poco recorrido, para ellos mucho.

Esto último, se convierte en un problema porque a falta de interés por el debate político, que muchos españoles incluso desprecian, se practica mucho el uso del titular con el cual nos quedamos muchos de nosotros. Con el titular no se suele debatir ni discutir, todo lo contrario, se suele intentar herir, incomodar o agredir verbalmente al oponente y ellos, la ultra-derecha, son verdaderos expertos en manejar titulares la mayor parte de las veces mas que patrióticos "patrioteros", contra las minorías, o en general contra quienes no piensan como ellos. 

Los españoles desde hace siglos con cierta frecuencia nos enfrentamos de forma violenta, algo nos impulsa al odio, a la lucha sin sentido, a la defensa violenta de planteamientos. Por desgracia estos vicios, que suelen estar dormidos o en reposo, siempre llega alguien y los despierta produciendo estragos, este es el trabajo y el cometido de la ultra-derecha española.