Era época de confrontación de ideales en las calles, de líderes políticos y sindicales, de huelgas, de manifestaciones e incluso de disturbios de carácter violento; también era tiempo de poetas y de música protesta, algo que fascinaba a Javier.
Un día, estaba sentado en la escalera de acceso a la facultad; en uno de sus libros, en la contraportada, se veía la cara de un cantautor famoso en aquellos momentos difíciles. Dos chicos bajaban por la escalera...
—Vaya, mira a quién tenemos aquí.
Javier giró la cabeza y miró al chico que le hablaba.
