Mientras el PP y Vox predican la "independencia judicial" como eslogan, movilizan simultáneamente sus terminales en los tribunales y en las redacciones de los grandes medios para crear una atmósfera de asedio constante. Es una oposición que, al carecer de un proyecto alternativo creíble, ha externalizado su estrategia: recurre de forma sistemática a la judicialización de la acción de gobierno, mientras su brazo mediático amplifica hasta la saciedad cualquier titular favorable.
Los hechos concretos desmontan el relato catastrofista
Frente a esta cortina de humo, los logros del Gobierno son innegables. El récord histórico de más de 21,6 millones de afiliados a la Seguridad Social, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, la renta juvenil y la equiparación de los permisos parentales son conquistas tangibles. La economía crece por encima de la media europea, con inversiones estratégicas en los PERTE y un impulso decidido a la vivienda pública.
La Batalla por la Narrativa
La ciudadanía no es ajena a este juego. Comprende que detrás de la retórica de "ruptura del Estado de derecho" y la táctica del lawfare se esconde el mero intento de recuperar por la puerta de atrás lo que las urnas les negaron. Frente a esta maquinaria de bloqueo mediático-judicial, el Gobierno sigue trabajando con determinación, priorizando las mayorías sociales sobre los intereses de unos pocos. Cada nuevo derecho conquistado no es solo un avance social, sino un muro de contención frente a una oposición que ha elegido la guerra política en lugar del debate democrático.





