Artificialidad

 


No podía dormir, el insomnio me invitó amablemente a salir, 

la playa estaba cerca y decidí pasear por la arena. 

Las suaves olas del mar interpretaban un agradable sonido de fondo, 

en el cielo un millar de relucientes estrellas iluminaba un interminable fondo limpio y oscuro. 

Una estrella fugaz trazó una bellísima línea blanca de lado a lado; pedí un deseo. 

Todo estaba en equilibrio premeditado, perfecto, incuestionable. 

De repente un artificial artilugio cruzó lentamente el oscuro lienzo... y la magia se quebró, 

mi deseo nunca se cumplió. 


Un dieciocho de julio



Mal día un dieciocho

Libertad secuestrada

Todos decían salvarte

Nadie te salvó de nada



Unos no quisieron

Otros no pudieron

Ambos te incendiaron

Ambos te destruyeron



El tiempo todo lo cura

Pero olvidó su tarea

Dejó viva la huella

Interminables sepulturas



Unos pretenden la memoria

Otros niegan la maldad

Unos hablan de victoria

Otros de indignidad



Pandemia

 


Risas, ruido, murmullo, alegría

Gente, saludos, besos, abrazos

Caminantes incansables

Vida despreocupada



Microscopica maldad

Calles vacías, sordas, tristes

Besos y abrazos secuestrados

Pánico en progresión



Desconexión social

Libertad herida

Realidad distorsionada



Esperanza presunta

Inmunización objetada

Contrariedad eterna



¡Vuelta a empezar!

Realidad contundente

Cuánto tiempo persiguiendo el destino, cuánto tiempo quedándonos a un palmo para nunca atraparlo. 

Tantos proyectos, tantas tareas acometidas que transitaban por largos  caminos donde a veces aparecían piedras insorteables.

Tantas experiencias acumuladas una tras otra, cada vez más aplastadas por la realidad contundente que apenas nos deja disfrutarlas. Todo es tan exiguo y va tan aprisa, que lo que nos es querido, siempre queda atrás.

(Eternidad: Imagen propia compuesta en Gemini)

Historia de un ignorante

Me encantan los microrrelatos, tanto escribir los míos como leer los de los de los demás. En pocas palabras se dice mucho y eso no siempre es fácil. Ya hacía tiempo que no escribía uno. Quizás porque tampoco se me ocurría nada. Ayer leyendo algo vi la palabra «profano» y aunque conocía su significado lo consulté en el diccionario y por ahí se me ocurrió escribir esto:

«Nací ignorante, traía el cerebro vacío, empecé poco a poco a llenarlo y me convertí en un profano de todo. Cada vez aprendía mas y mas cosas y torpemente llegué a considerarme un iniciado. 

Con el tiempo continuaba aprendiendo y notaba que además de aprender, dominaba  ciertas materias, sin embargo empecé a notar que cuanto mas sabía, mas consciente era de lo que me faltaba por aprender. 

Fue en ese momento cuando me di cuenta que nunca había dejado de ser un ignorante.»